Olivia Pilhar, Helena Lumbreras, Domenico Mannarino, Serge Bidart, María del Carmen Expósito…
¿Qué tienen en común todas estas personas? Ni idea, ¿no? Tal vez podamos aventurar una hipótesis: que son gente que no conocemos de nada.
Puede valer pero, ¿y si añadimos a la lista a Steve Jobs? A ese si le conocemos todos, así que la respuesta no nos vale.
Olivia, Helena, Domenico, Serge, María del Carmen y Steve ya no están entre nosotros. Ya tenemos una conexión. Todos ellos decidieron abandonar sus tratamientos médicos para abrazar “terapias naturales” o pseudomedicinas, y eso les llevó a la muerte.
Acabo de terminar de leer un libro de J. M. Mulet titulado “Medicina sin engaños. Todo lo que necesitas saber sobre los peligros de la medicina alternativa”. De entre todo lo leído en las trescientas cincuenta y tantas páginas del libro me quedo con una frase lapidaria (lo de lapidaria me ha salido sin querer, pero viene al pelo):
"Guíate por el principio de que si una terapia parece una gilipollez, realmente lo es"
Quizás esta frase no alcance nunca el olimpo de la poética, pero hay que reconocerle que encierra una verdad como la copa de un pino. Una verdad enorme y se diría que evidente, aunque por lo visto no lo debe de ser tanto, evidente, digo, a juzgar por el creciente número de creyentes y practicantes de esas “gilipolleces”, como las llama Mulet.
¿Está acaso insinuando que un tipo de inteligencia y aptitudes tan sobradamente demostradas como Steve Jobs era un gilipollas por pensar que renunciando a la medicina y tomando zumos de fruta iba a vencer el cáncer que lo llevó a la muerte?
La pregunta se las trae. Uno podría entender el fenómeno si los que se dejaran llevar por la gilipollez fuera gente que no tuviera sentido común ni conocimiento o, aunque los tuviera, que actuara arrastrada por la desesperación. Pero no. He visto con mis propios ojos a gente cercana “pasarse al lado oscuro” a pesar de no faltarles ni inteligencia, ni formación. Dar un paso, a veces de difícil retorno, para convertirse en víctimas de embaucadores que con un poco de suerte solo les aligerarán los bolsillos, y con un poco de menos suerte les robarán la salud…, y hasta la vida.
Gente aparentemente normal que reniega de las farmacéuticas de verdad y hace poderosas a pseudofarmacéuticas de mentiras, gente aparentemente normal que se obsesiona con lo natural y predica la curación de todos los males con dióxido de cloro, gente aparentemente normal que da por buenas así, sin más, sin el menor espíritu crítico, las “terapias” más delirantemente absurdas, que resultarían hasta cómicas si no fuera por los dramas que arrastran detrás.
El libro de Mulet es una excelente obra de divulgación que con un lenguaje sencillo y con las ideas claras, bien fundamentadas y bien documentadas nos acerca al conocimiento de todas esas llamadas medicinas alternativas, de sus mentiras y de sus peligros.
Dicen que más vale prevenir que curar. La lectura de Medicina sin engaños puede resultar un estupendo método que nos prevenga de caer en la tentación de creer en patrañas y engañuflas.
Un gran libro, señor Mulet. Enhorabuena y gracias.
Sinopsis:
Del autor del éxito Comer sin miedo, más de 10.000 ejemplares. El libro que desmonta la medicina alternativa. Las opciones al margen de la medicina tradicional son cada vez más numerosas -flores de Bach, aromaterapia, acupuntura-, a la vez que crecen las dudas sobre su fiabilidad. El profesor Mulet, bioquímico, y auto r de la aclamada obra Comer sin miedo, desmitifica las medicinas alternativas y pone en evidencia algunos engaños; muestra cómo ciertas prácticas constituyen un mero negocio a costa de la salud y el dinero de las personas que acuden a ellas. El autor aplica su foco crítico sobre ramas como el psicoanálisis, las llamadas medicinas naturales o la homeopatía, para separar el grano de la paja y ofrecer al lector criterios objetivos para discernir en qué medida se puede fiar. Además de citar casos tan sonados como los de Steve Jobs o Jimmy Wales, Mulet aplica el rigor científico y el lenguaje directo para advertirnos que ante un problema de salud hay que ponerse en manos de un buen profesional y no dejarse embaucar por falsas promesas. ''La homeopatía no tiene más eficacia que la fe que pongas en ella''. J.M. Mulet
Dicho en lenguaje sencillo "a lo Alena": "si tiene gripe vete al médico de cabecera".
ResponderEliminarLuego de ir, ya si eso, te tomas el caldito...pero después del antigripal.