Estaba yo ojeando más que hojeando en una librería y me
llamó la atención la portada de El hombre de la máscara de espejos. Me sonaba
esa portada, ya que sigo desde hace un tiempo a Nieves Abarca en Facebook.
Además conozco a Vicente Garrido de verlo en la tele hablando de criminología.
Ambos me parecen gente interesante, así que, ¿por qué no leerlos?
Buen, debo reconocer que de entrada me encontré con un par
de argumentos en contra:
1.
La novela es un tocho de quinientas y pico
páginas. Yo siempre he sido de tochos, pero últimamente tengo muy poco tiempo
para leer, muchísimo menos del que quisiera, así que procuro huir de libros
gruesos.
2.
Al inicio del libro, al estilo de las viejas
novelas de Agatha Christie, se incluye una presentación de los personajes…, ¡nada menos que cincuenta y dos!, y para uno,
que es de memoria frágil al punto de ser apenas capaz de retener un par de
nombres cuando lee un libro, la empresa se presentaba inalcanzable.
También encontré algún factor favorable, principalmente el
interés que a priori me suscitaban
los autores, gente más que entendida en el tema del que escribe…, aunque
también es verdad que en tales casos a veces se corre el riesgo de encontrarse,
más que con una historia, con un tratado, un curso o un máster, y eso no
siempre es bueno para cautivar al lector (de todas formas dicen que Moby Dyck
es de esas, y yo he sido capaz de repetir).
Empezaré diciendo que esta novela ha cambiado un poquito mi
vida, y eso antes de empezar a leerla. La cosa viene por la foto de los autores
que ilustra la trasera de la novela. Por culpa de esa foto me he abierto una
cuenta en twitter, algo que nunca se me había pasado por la cabeza…, pero esa
es otra historia, de relojes, que ahora no viene al caso.
Me estoy enrollando un poquito y no arranco a hablar de El
hombre de la máscara de espejos. Un viaje en avión a Barcelona me permitió
disponer de tiempo suficiente como para ponerme a ello y sumergirme con
decisión en la trama.
Avanzando en la lectura pude ir descartando mis prejuicios iniciales:
la novela engancha con facilidad, así que el tocho se hace ligero; la estructura
de la trama y el buen encaje de los personajes en ella ayudan a seguirles la
pista incluso al más desmemoriado, como un servidor; y no, no me he encontrado
con ningún tratado, curso ni máster en criminología, sino con una novela
interesante, muy bien documentada, que destila, de manera natural y si
artefactos, el conocimiento de los autores del mundillo policial y de la psicología criminal.
La historia sucede en unos ambientes tan cotidianos que a
uno se le ponen los pelos de punta ante un relato que contiene pasajes
realmente duros y descarnados, y es que los malos malísimos se dedican al
negocio de las películas snuff, y eso
no se puede pintar de color de rosa. Es muy negro.
Total, que se me ha hecho corta. Una novela estupenda que se
lee con avidez y con gusto, altamente recomendable. Por cierto, que se trata de
la tercera novela protagonizada por la inspectora Valentina Negro, así que me
tendré que poner al día con las anteriores.
Sinopsis
La inspectora Valentina Negro lucha por superar los
traumáticos recuerdos de su último caso, cuando estuvo cerca de perder la vida
a manos de un asesino en serie. Pero la maldad no da tregua: pronto se ve
envuelta en una nueva y escalofriante cadena de muertes. La ayuda del
criminólogo Javier Sanjuán será clave para desentrañar una compleja trama
relacionada con la desaparición de varias chicas y el rodaje de unas
terroríficas películas snuff que
recuerdan extrañamente al cine expresionista de Fritz Lang.
El dolor, la belleza y la locura se dan la mano en las
páginas de esta adictiva novela negra, que es al mismo tiempo un excelente
retrato de la mente del psicópata firmado por dos expertos criminólogos. Las
páginas de El hombre de la máscara de espejos son una invitación a asomarse al
abismo a través de una historia trepidante que engancha y estremece desde la
primera página.
Vicente
Garrido
Vicente Garrido Genovés es profesor titular de la
Universidad de Valencia. Su importante obra científica se ha dado a conocer al
gran público a través de sus ensayos de divulgación científica, entre los que
destacan El psicópata, Cara a cara con el psicópata y Amores que matan.
Sus estudios sobre la personalidad delictiva y sus programas
de tratamiento con criminales han hecho de él un profundo conocedor de la mente
violenta. Garrido fue el primer criminólogo español que colaboró en la captura
de un asesino en serie a través de la realización del perfil criminológico del
sospechoso.
Ha impartido numerosos seminarios especializados a los
cuerpos y fuerzas de seguridad en España y América, así como a jueces y
fiscales. El Ministerio de Justicia le concedió la Cruz de San Raimundo de
Peñafort.
Nieves
Abarca
Nieves Abarca, estudió Historia del Arte en la Universidad
de Santiago de Compostela y obtuvo un máster en Periodismo por la UOC. Ha
realizado estudios de anatomía patológica y medicina legal, y es especialista
en perfiles criminales.
Ha sido directora de una revista de divulgación cultural,
además de colaborar en varias publicaciones y programas de radio de A Coruña y
Ponferrada. Es funcionaria de carrera y durante trece años estuvo destinada en
un cuartel de la policía.
Junto a Vicente Garrido ha publicado las novelas Crímenes
Exquisitos y Martyrium, que han tenido excelentes críticas y gran éxito entre
los lectores.
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