Sobre esta pregunta de Perogrullo parece existir un debate abierto en algunas redes sociales. Miles de escritores aficionados publican textos en internet con la esperanza de ser leídos y de recibir los comentarios de sus colegas. Hasta ahí todo bien. El problema viene cuando empiezan a llegar las críticas negativas sobre el estilo o la ortografía. Críticas constructivas, críticas amables, críticas ácidas, críticas despiadadas…, y las correspondientes «contracríticas», defendiendo el derecho del escritor a escribir como sepa o pueda sobre la base de que lo importante es expresar lo que uno lleva dentro y que se le entienda, alegando que no se debe desalentar a los aspirantes a escritor con críticas mordaces.
En estos foros no es extraño leer cosas del tipo «Animaros a leer mi novela más resiente, la cual trata sobre una ermoza mujer enamorada. Haber si os gusta!!!!». Y lo mejor de todo es que resulta cierto que el tipo ha publicado una novela, y que puedes leer el primer capítulo en su blog, y que está escrita en términos parecidos al reclamo del ejemplo.
He leído, en uno de estos sitios, alguna opinión delirante que se permitía encuadrar este tipo de dislates en el apartado de licencia literaria, y compararlos con esos autores consagrados que escriben como les da la gana, o inventan palabras o, como Saramago, se cepillan sin miramientos los signos de puntuación.
Debo confesar que sufrí tanto leyendo Ensayo sobre la ceguera que me prometí a mí mismo no volver a leer novelas de Saramago, pero eso es una cuestión personal –soy un maniático de las comas bien puestas–. Sin embargo eso no me impide reconocer la calidad de un autor extraordinario. También me parecen admirables los autores que dominan la licencia, que trasgreden las normas lingüísticas de una manera docta, controlada, elegante y consciente.
CONSCIENTE. Ese es el matiz. Los buenos escritores no yerran con sus trasgresiones. Los malos sí lo hacen con sus faltas. Nadie es perfecto y todos cometemos errores. Seguramente este texto tendrá unos cuantos, y enseguida saltará alguno a criticarme por ello. Lo acepto deportivamente.
Todos cometemos errores, pero no abusemos. Un escritor tiene que esforzarse por escribir correctamente. El idioma es su herramienta y quienes lo lean lo harán para disfrutar y para aprender. ¡Qué responsabilidad! No todos los que amamos la escritura somos filólogos ni tenemos una formación relacionada con las letras. Algunos no tienen siquiera formación alguna. ¿Debemos por ello renunciar a nuestra afición, o vocación, o como cada cual lo sienta? De ninguna manera, pero nuestro escribir ha de ser siempre un aprender. Tenemos que leer, leer y leer aún más, leer a los que saben para aprender de ellos, y corregir, corregir y corregir, para aprender de nosotros mismos, y no permitirnos nunca escribir sin una buena pila de diccionarios al lado para consultar no solo lo que ignoramos y lo que dudamos, sino también, y más importante, lo que creemos saber.
¿Debe un escritor escribir correctamente? Sí. Sin duda alguna.
Magnífico artículo, Eduardo. Muy buena exposición. Coincido plenamente con todo tu razonamiento.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho lo que has dicho y me quedo con "soy un maniático de las comas bien puestas–. Sin embargo eso no me impide reconocer la calidad de un autor extraordinario. También me parecen admirables los autores que dominan la licencia, que trasgreden las normas lingüísticas de una manera docta, controlada, elegante y consciente".y estoy contigo. debemos esforzarnos en hacerlo. Pero no ha de ser nunca un pecado mortal!
ResponderEliminarNo estas conmigo?