martes, 12 de enero de 2016

Reseña: El diario de los madelmanes, de Jon Díez de Ulzurrun

Tuve la suerte de vivir mi infancia en los tiempos en los que los juguetes electrónicos todavía no existían y los chavales pasábamos casi todo nuestro tiempo libre al aire ídem, jugando a cosas salvajes y primitivas, que incluían correr, saltar, tirarnos piedras, arrastrarnos por el suelo jugando a las canicas y al hinque, hacer tirachinas con muelles de somier, subir a los árboles, etc., y todo ello sin casco, coderas ni rodilleras. Tiempos en los que un lametón y un pañuelo doblado en triángulo y anudado alrededor de una rodilla o un codo era el remedio universal para cualquier herida media. Para las heridas más gordas teníamos aquella mercromina roja que lucía como una medalla al mérito.

Pero no todo era jugar. En aquella época los chavales teníamos que tomar decisiones importantes. Teníamos que tomar partido. En materia de muñecos, o eras de Madelmán o eras de Geypermán; o eras de Airgamboy de Famobil (en mis tiempos Playmobil y Famosa se unieron y de ahí el nombre). Yo lo tuve siempre muy claro: Madelmán y Airgamboy. No había color.

Estas navidades he tenido la fortuna de recibir un regalo muy especial: el que posiblemente era el último ejemplar en el mercado del libro El diario de los Madelmanes, de Jon Díez Ulzurrun (Txuflash Ediciones, 2015). Digo libro pero es algo más que un libro. Es una verdadera enciclopedia del Madelmán.

Tapas duras, cuidado diseño, más de cuatrocientas páginas de papel satinado y grueso con miles de fotografías y textos sobre todo lo que un nostálgico de estos históricos muñequitos podría querer saber: cada modelo y cada complemento, la historia, el proceso de fabricación, anécdotas, catálogos…

El autor de esta maravilla es Jon Díez de Ulzurrun, un “loco” de los madelmanes cuya pasión le ha llevado a atesorar una colección que incluye todos los modelos que se fabricaron y, no contento con eso, se ha embarcado en la descabellada aventura de crear un libro como el que tengo entre las manos, con sus propios medios y supongo que con un esfuerzo inimaginable.

Cuando uno reseña un libro, suele terminar recomendando o “desrecomendando”  su lectura. Yo, en este caso, voy a ir un poco más allá y voy a finalizar dando las gracias a Jon. Unas gracias enormes por el esfuerzo y el cariño que ha puesto en este regalazo que nos ha hecho a los que recordamos nuestra infancia con unos cuantos madelmanes entre las manos.

Enhorabuena, Jon.

domingo, 20 de diciembre de 2015

Digo Ciencias Naturales, digo Paula Hertzog

Decía en mi último artículo del blog que como no entiendo ni papa de cine, más allá de saber si me ha gustado o no una película después de haberla visto, no suelo escribir, ni opinar, sobre el séptimo arte. Hace una semana escasa que escribí esto, así que mis conocimientos siguen siendo igual de escasos.

Sin embargo, vuelvo a escribir de cine. Ayer, mientras medio planeta estaba pendiente del reciente estreno de la “película del milenio”, enésima entrega de La guerra de las galaxias, supermegaproducción donde las haya, yo estaba viendo una película argentina que había caído en mis manos por pura casualidad, y es que por estas “longitudes” el cine argentino no se prodiga demasiado, salvo que sea alguna peli que venga con la tarjeta de presentación de alguna celebridad conocida por aquí, como el gran Ricardo Darín.

La película: Ciencias naturales; el director: Matías Lucchesi; las protagonistas: Paula Hertzog y Paola Barrientos.

Una película breve (apenas dura 100 minutos), lenta e intimista... Me gustaría poder seguir con este párrafo y hacer una crítica sesuda e inteligente sobre la peli pero, como ya he dicho, no entiendo del tema, así que me abstendré, por el bien de todos.

No me he podido resistir a hacer un comentario sobre Ciencias naturales, porque en ella hay algo sensacional. Sin desmerecer la más que notable interpretación de Paola Barrientos, la actuación de la jovencísima Paula Hertzog se sale de la pantalla.

Una mujercita enorme para ser tan joven, a la que le sobran el guión y los espectaculares y desolados paisajes en los que transcurre la trama, porque con una mirada a la cámara es capaz de cautivar al espectador más exigente.

El cine está de enhorabuena: tiene a Paula Hertzog para rato.

lunes, 14 de diciembre de 2015

Tres mujeres en los Goya

Como no entiendo ni papa de cine, más allá de saber si me ha gustado o no una película después de haberla visto, no suelo escribir, ni opinar, sobre cine. En realidad tampoco sé demasiado de literatura y le echo morro de vez en cuando opinando sobre libros, pero eso es otra historia…

Hoy voy a comentar las candidaturas a los Goya, pero no todas, porque, como ya he dicho, no sé de cine. Me voy a referir a dos que me han hecho una ilusión particular: dos candidaturas que se traducen en tres mujeres.

Así que voy con ellas, una tras otra, en un orden que nada quiere decir:

Leticia Dolera, nominada a la mejor dirección novel por Requisitos para ser una persona normal. Una peli peculiar, escrita, dirigida y protagonizada por Leticia. No sé qué es lo que tiene Leticia, pero tiene algo muy especial que me encanta.

No sé lo que tiene Leticia y no sé lo que tiene su peli. Mejor dicho, puede que sí lo sepa pero no lo sé explicar. Para que me entendáis, o para que me desentendáis, Leticia es una chica de colores, y de colores es también su peli. Original, divertida, hermosa, inteligente…, ¿hablo de Leticia o hablo de su peli? Hablo de las dos.

Irene Escolar, nominada a mejor actriz revelación por Un otoño sin Berlín. En los tiempos que corren, con tanta oferta de series y películas, no es fácil para un desmemoriado como yo, fracaso total como fisonomista, retener los rostros y los nombres de tantos y tantas actores y actrices que pululan por esos mundos. Sin embargo, de vez en cuando, viendo una peli o una serie, me fijo en alguien que, por lo que sea, llama mi atención y me informo.

Eso es lo que me pasó con Irene Escolar viendo, si no recuerdo mal, Los girasoles ciegos. Ese rostro sereno, esos ojos profundos y esa voz cálida. Me encanta. No hace falta que comente su trayectoria, ya de sobra conocida y reconocida, que hoy ha tenido un bonito adorno con esta nominación.

Lara Izagirre, que no está nominada pero que es la directora de Un otoño sin Berlín. ¿Qué por qué la incluyo en este comentario si no está nominada? Pues porque me da la gana, y porque me parece una tía estupenda que, estoy más que seguro, nos va seguir dando muchas alegrías cinematográficas que continúen lo iniciado con este precioso regalo que nos ha brindado con su primer largometraje. Tuve la suerte de tomar un café con Lara hace algún tiempo, cuando aún no había empezado a rodar Un otoño sin Berlín pero ya era una talentosa directora de cortos. Uno de sus cortos, Kea, fue precisamente el responsable de que nuestras vidas confluyeran por un instante. Su humo y mi suelo, y es que, a veces, hasta la contaminación tiene su lado bueno.


Leticia, Irene y Lara: mi más sincera enhorabuena y admiración. No os deseo suerte porque sé que no la vais a necesitar.

lunes, 7 de diciembre de 2015

Reseña: El hombre de la máscara de espejos, de Vicente Garrido y Nieves Abarca

Estaba yo ojeando más que hojeando en una librería y me llamó la atención la portada de El hombre de la máscara de espejos. Me sonaba esa portada, ya que sigo desde hace un tiempo a Nieves Abarca en Facebook. Además conozco a Vicente Garrido de verlo en la tele hablando de criminología. Ambos me parecen gente interesante, así que, ¿por qué no leerlos?

Buen, debo reconocer que de entrada me encontré con un par de argumentos en contra:

1.     La novela es un tocho de quinientas y pico páginas. Yo siempre he sido de tochos, pero últimamente tengo muy poco tiempo para leer, muchísimo menos del que quisiera, así que procuro huir de libros gruesos.

2.     Al inicio del libro, al estilo de las viejas novelas de Agatha Christie, se incluye una presentación de los personajes…,  ¡nada menos que cincuenta y dos!, y para uno, que es de memoria frágil al punto de ser apenas capaz de retener un par de nombres cuando lee un libro, la empresa se presentaba inalcanzable.

También encontré algún factor favorable, principalmente el interés que a priori me suscitaban los autores, gente más que entendida en el tema del que escribe…, aunque también es verdad que en tales casos a veces se corre el riesgo de encontrarse, más que con una historia, con un tratado, un curso o un máster, y eso no siempre es bueno para cautivar al lector (de todas formas dicen que Moby Dyck es de esas, y yo he sido capaz de repetir).

Empezaré diciendo que esta novela ha cambiado un poquito mi vida, y eso antes de empezar a leerla. La cosa viene por la foto de los autores que ilustra la trasera de la novela. Por culpa de esa foto me he abierto una cuenta en twitter, algo que nunca se me había pasado por la cabeza…, pero esa es otra historia, de relojes, que ahora no viene al caso.

Me estoy enrollando un poquito y no arranco a hablar de El hombre de la máscara de espejos. Un viaje en avión a Barcelona me permitió disponer de tiempo suficiente como para ponerme a ello y sumergirme con decisión en la trama.

Avanzando en la lectura pude ir descartando mis prejuicios iniciales: la novela engancha con facilidad, así que el tocho se hace ligero; la estructura de la trama y el buen encaje de los personajes en ella ayudan a seguirles la pista incluso al más desmemoriado, como un servidor; y no, no me he encontrado con ningún tratado, curso ni máster en criminología, sino con una novela interesante, muy bien documentada, que destila, de manera natural y si artefactos, el conocimiento de los autores del mundillo  policial y de la psicología criminal.

La historia sucede en unos ambientes tan cotidianos que a uno se le ponen los pelos de punta ante un relato que contiene pasajes realmente duros y descarnados, y es que los malos malísimos se dedican al negocio de las películas snuff, y eso no se puede pintar de color de rosa. Es muy negro.

Total, que se me ha hecho corta. Una novela estupenda que se lee con avidez y con gusto, altamente recomendable. Por cierto, que se trata de la tercera novela protagonizada por la inspectora Valentina Negro, así que me tendré que poner al día con las anteriores.

Sinopsis

La inspectora Valentina Negro lucha por superar los traumáticos recuerdos de su último caso, cuando estuvo cerca de perder la vida a manos de un asesino en serie. Pero la maldad no da tregua: pronto se ve envuelta en una nueva y escalofriante cadena de muertes. La ayuda del criminólogo Javier Sanjuán será clave para desentrañar una compleja trama relacionada con la desaparición de varias chicas y el rodaje de unas terroríficas películas snuff que recuerdan extrañamente al cine expresionista de Fritz Lang.

El dolor, la belleza y la locura se dan la mano en las páginas de esta adictiva novela negra, que es al mismo tiempo un excelente retrato de la mente del psicópata firmado por dos expertos criminólogos. Las páginas de El hombre de la máscara de espejos son una invitación a asomarse al abismo a través de una historia trepidante que engancha y estremece desde la primera página.

Vicente Garrido

Vicente Garrido Genovés es profesor titular de la Universidad de Valencia. Su importante obra científica se ha dado a conocer al gran público a través de sus ensayos de divulgación científica, entre los que destacan El psicópata, Cara a cara con el psicópata  y Amores que matan.

Sus estudios sobre la personalidad delictiva y sus programas de tratamiento con criminales han hecho de él un profundo conocedor de la mente violenta. Garrido fue el primer criminólogo español que colaboró en la captura de un asesino en serie a través de la realización del perfil criminológico del sospechoso.

Ha impartido numerosos seminarios especializados a los cuerpos y fuerzas de seguridad en España y América, así como a jueces y fiscales. El Ministerio de Justicia le concedió la Cruz de San Raimundo de Peñafort.

Nieves Abarca

Nieves Abarca, estudió Historia del Arte en la Universidad de Santiago de Compostela y obtuvo un máster en Periodismo por la UOC. Ha realizado estudios de anatomía patológica y medicina legal, y es especialista en perfiles criminales.

Ha sido directora de una revista de divulgación cultural, además de colaborar en varias publicaciones y programas de radio de A Coruña y Ponferrada. Es funcionaria de carrera y durante trece años estuvo destinada en un cuartel de la policía.


Junto a Vicente Garrido ha publicado las novelas Crímenes Exquisitos y Martyrium, que han tenido excelentes críticas y gran éxito entre los lectores.


jueves, 12 de noviembre de 2015

Alzola versus Musso

Alzola uno, Musso varios cientos de miles. Esa debe de ser más o menos la relación entre los libros que vende un servidor y los que vende Musso. Derrotado por KO técnico.

Dice mi amiga Rosa María Lapeira que mi novela le recuerda al estilo de Guillaume Musso. ¿Que quién es ese Guillaume Musso? Pues según la Wikipedia que todo lo sabe, uno de los autores franceses más exitosos de principios del siglo XXI. Ahí es nada.

De momento, parecidos, pocos. Además Musso es más joven que yo, aunque no mucho y, eso sí, mucho más guapo.

Para comprobar si hay algo de cierto en la atrevida comparación de mi amiga me voy a la librería y me compro un par de novelas: “Central Park” y “Sera-tu là?”. Elijo las versiones originales y así aprovecho para comprobar si aún soy capaz de leer en francés. Además descubro que una de sus novelas, “Pemonición”, ha sido llevada al cine y protagonizada nada menos que por el gran John Malkovich, y resulta que ya la había visto. La vuelvo a ver.

Me pongo a leer y de momento llego a dos conclusiones:

1. Aún leo en francés sin grandes problemas.

2. Me alegro mucho de la comparación, porque las novelas del amigo están muy bien.

Me parece que Musso ha dado con la clave del éxito de ventas. No creo que vaya a ganar el Nobel, aunque nunca se sabe, pero es capaz de dar a sus historias una equilibrada combinación de originalidad, acción e intriga que, con un estilo agradable, engancha al lector y lo deja con ganas de repetir.

Igualito que yo, vamos.

A Musso le gusta incluir en sus novelas, ambientadas en escenarios contemporáneos, un puntito de fantasía que, lejos de la ciencia ficción, añaden a la trama un cierto encanto adicional. En eso sí que puede que nos parezcamos. Ese puntito aparece en “Un billete para el infinito” y también va a aparecer en “EPDT”, que es el título en clave de mi próxima novela, cuya escritura se encuentra ahora mismo paralizada por una buena razón.


Rosa María, solo puedo agradecerte tu opinión sobre mi humilde novela y la comparación que haces con ese pedazo de monstruo. No sé si habrá realmente algún parecido. Dejémoslo en un “a lo mejor”.

martes, 29 de septiembre de 2015

Reseña: La muerte invisible, de Alberto Pasamontes



Alberto Pasamontes acaba de publicar su segunda novela. La primera, Entre la lluvia, me gustó mucho, así que esperaba con impaciencia la siguiente, y aquí está. Por cierto, mañana (estoy escribiendo esto el 29 de septiembre de 2015) es la presentación del libro en Madrid, en la librería Estudio en Escarlata a las 19:30. Quien pueda que vaya, porque Alberto, además de ser un gran escritor es un gran tipo y merecerá la pena escucharlo. Yo no podré asistir. Me pilla lejos y demasiado liado.

En la reseña que dediqué a su primera obra le hacía una pequeña broma al inicio diciendo que más que novela negra me parecía una “novela gris”, pero luego explicaba que lo de gris no era peyorativo sino todo lo contrario.

Y es que las novelas de Alberto son policíacas. Por cierto, que aún no lo he dicho: la nueva se titula “La muerte invisible” y ha resultado ganadora del XVIII Premio Francisco García Pavón de Narrativa Policíaca. No tengo ni idea de cuáles fueron sus contrincantes en el certamen, pero después de leer la novela solo puedo decir que el jurado acertó en su fallo unánime, porque la novela es sencillamente magnífica. Alberto se ha superado con creces y se ha autoimpuesto un listón muy muy alto.

La muerte silenciosa es, esta vez sí, la novela negra más negra que haya leído nunca y, estoy seguro, que vaya jamás a leer.

Hay tres elementos: la narración en primera persona, la elección del tiempo narrativo, en presente, y una ambientación exquisitamente documentada, que, en mi opinión, tienen mucho que ver el éxito que auguro a esta historia y que hacen que el lector se meta literalmente en la piel del héroe de la trama y quede atrapado en la misma hasta llegar hasta la última letra del último párrafo.

La acción transcurre durante los días anteriores y posteriores del catastrófico accidente de la central nuclear de Chernobil, y es precisamente la catástrofe el eje central de la trama. El accidente de Chernobil, el suceso que todo el mundo recuerda pero que muy pocos conocen con detalle. Quien se haya preocupado por saber del tema apreciará doblemente la lectura de La muerte invisible y disfrutará del mimo que el autor vuelca en la recreación de los sucesos y de la ciudad, Pripyat, que se convierte, de alguna manera, en el personaje principal. Quien no lo haya hecho, aquí tiene una oportunidad de hacerlo de la manera más amena.

Tirando del argot cinematográfico, la novela está escrita en un único plano secuencia. Seguimos, o más bien vivimos al protagonista las veinticuatro horas de cada uno de los días que dura su drama. A través de sus grandezas y de sus miserias, de sus detalles cotidianos, de su trato con sus fugaces vecinos, de sus idas y venidas entre la ciudad y el “gran monstruo” de la central accidentada, al lector le resulta inevitable sentirse dentro del decorado hasta casi percibir el hormigueo de la radiación en la yema de los dedos que recorren las páginas.

No quiero cerrar esta reseña sin mencionar el formato de la novela. Pequeño, manejable, con una sorprendente encuadernación rústica con sobrecubierta y un elegante toque “vintage”. Muy bonito.


Alberto: como en los chistes malos, tengo una noticia buena y una mala para ti. La buena es que has escrito una novela sensacional. Lo malo es que lo llevas crudo para superarte…, o tal vez no. Espero con impaciencia lo próximo para desvelar el misterio.

Sinopsis:


Un policía de Moscú es represaliado por el Soviet Supremo a un nuevo destino en Ucrania, concretamente a Pripyat, la localidad más próxima a la central nuclear de Chernobil. Solo dos días después de su llegada es testigo de lo que acabará siendo la mayor tragedia nuclear de la Unión Soviética, silenciada por el poder en un intento de proteger a los responsables políticos de la catástrofe. Cuando están a punto de cumplirse treinta años de esa explosión y fuga radioactiva, fechada el 26 de abril de 1986, Alberto Pasamontes utiliza aquel episodio que impuslsó la Perestroika a costa de asolar toda una región rusa, para crear una novela negra, ganadora del XVIII Premio Francisco Pavón de Narrativa Policíaca, donde un investigador busca en solitario a los verdaderos artífices de aquel infierno.

El Autor:

Alberto Pasamontes (Madrid, 1970). Estudió Filología Inglesa y desde 2009 mantiene una constante actividad literaria, con la que ha obtenido el primer premio en la IV edición del concurso de Relato Corto de Ediciones Beta y un accésit en la XIV de los Premios Artísticos y Literarios del Ministerio de Defensa. Algunos de sus cuentos han aparecido en revistas y antologías. Su primera novela, Entre la lluvia, adscrita al género negro en el que se mueve con gran comodidad, apareció en 2014. Con La muerte invisible ha obtenido por unanimidad el XVIII Premio Francisco García Pavón de Narrativa.

miércoles, 23 de septiembre de 2015

Entrevista a Eduardo Alzola en Sognare e viaggiare con i libri

Os dejo la transcripción de la entrevista que me han hecho en la página de Facebook Sognare e viaggiare con i libri, un estupendo lugar para compartir lecturas y opiniones sobre libros. Las preguntas me las hacen la administradora, Rosa María Lapeira, con la colaboración de mi amigo y colega escritor Víctor Gete.

R.M.L. Buenas tardes
E.A. Hola a todos. Perdonad el retraso pero vengo corriendo del trabajo... Es lo que tiene no dedicarse profesionalmente a esto, je, je. Antes de nada quiero felicitar al grupo y en particular a Rosa María por esta estupenda iniciativa y por contar conmigo, además para inaugurar la temporada junto con Adele Vieri Castellano.
R.M.L. ¿Nos puedes explicar cuándo nació tu pasión por escribir?
E.A. Mi pasión por escribir me vino "de repente". No soy de esos que han llevado siempre un diario, o escriben relatos por afición, o necesitan escribir para expresarse. Siempre he tenido que escribir y hacerlo bien por motivos académicos (la tesis) y profesionales (informes, informes, informes...). A pesar de ser de ciencias esto me ha hecho preocuparme bastante por el estilo y la corrección. Y, un buen día, en enero de 2009, me vino una historia a la cabeza y decidí escribir una novela, así sin más. Suena raro pero es como sucedió..., y así hasta ahora.
V.G. ¿Para ti cual es el personaje preferido de tus novelas Eduardo?
E.A. Mi personaje preferido, Victor..., la verdad es que me lo pones difícil. Les tengo a todos mucho cariño como personajes, incluso a los malos malísimos. El protagonista de Un billete para el infinito es especial. Tal vez sea ese.
V.G. Eduardo, ¿tiene alguna similitud la vida real con tus historias? ¿O es pura y dura imaginación?
E.A. La primera vez que me preguntaron afirmé contundentemente que no tenía nada que ver en absoluto con mi vida y mis vivencias, pero mientras contestaba iba pensando y, ¡ostras! pues a lo mejor hay más de lo que imaginaba. Lo que sí es cierto es que unos cuantos personajes están inspirados en personas reales, especialmente los malos. En general he trasladado bastantes de sus características físicas y de personalidad..., y en la mayoría de los casos he jugado con los nombres reales y los ficticios.
R.M.L. ¿Qué libros te empujaron y te han inspirado a escribir?
E.A. Aunque lo de escribir es reciente, lo de leer me viene de toda la vida. No tengo autores especialmente favoritos y me gusta leer un poco de todo. Me encanta Kafka. Me gusta mucho Skármeta. Escribe de una manera que no le hace falta ni contar una historia para que se disfrute la lectura.
V.G. Eduardo, ¿prefieres presentación o Feria del Libro?
E.A. En general presentación. Es más íntimo y más personal. Supongo que también cuenta que a los escritores poco conocidos, como es mi caso, en las ferias nadie les hace demasiado caso y sientes un puntillo de frustración.
V.G. Escenario perfecto para tu novela, ¿España o extranjero?
E.A. Me pasa algo curioso cuando escribo, y es que me da cierto pudor poner nombres a los personajes e identificar los lugares. De hecho, en mis relatos cortos de momento ningún personaje tiene nombre, y en Un billete, el personaje principal tampoco lo tiene, ni se identifican explícitamente los lugares, aunque para quien lo conozca puede deducir que la escena final transcurre en Bilbao y por lo tanto el resto de la historia sucede en los alrededores. En mi próxima novela dos de los personajes principales tampoco tienen nombre (no es fácil escribir una novela sin dar nombre a los personajes). En cuanto a la ubicación, hay tres partes, y tres lugares: el primero no se identifica pero está en el País Vasco. Los otros son Bruselas y Burdeos. Me siento más cómodo ubicando la acción en lugares que conozco bien, sin especial necesidad de que estén aquí o allá...
R.M.L. ¿Tardaste mucho en encontrar un editor y en ser publicado?
E.A. Mandé el manuscrito a unos cuantos concursos y editoriales sin demasiado éxito. Finalmente mi propuesta gustó en Ediciones Beta, donde ya había publicado un relato corto en la antología de uno de los concursos que organizaban cada dos años. Desde que terminé la novela, entre revisiones, correcciones y que me la aceptaran pasó algo menos de dos años.
R.M.L. ¿Cómo clasificarías tu libro? ¿Qué tipología?
E.A. Me lo pones difícil. No es una novela de género. En la editorial consta como novela contemporánea... No es fácil de clasificar.
R.M.L. ¿Con qué personaje te identificas más?
E.A. Probablemente me haya repartido un poco entre todos, los buenos y los malos. Tal vez tenga más que ver con el condenado a muerte de lo que me gustaría admitir.
R.M.L. ¿Estás a favor o en contra de los laboratorios que utilizan animales para hacer experimentos?
E.A. Es una buena pregunta, porque en mi novela aparece un centro que experimenta con animales y yo mismo me he dedicado durante una época de mi vida a la investigación científica y he experimentado con animales. Me gustaría que no fuese necesario utilizar animales para la experimentación pero, a pesar de lo que intentan algunos que creamos, hoy por hoy no hay alternativas suficientemente buenas para poderlos sustituir. Otra cosa es que en buena medida se podrían reducir y "desbrutalizar".
R.M.L. Hablas de religión en tu libro pero no dejas entender si eres o no creyente, ¿nos lo puedes aclarar?
E.A. Sobre ese particular, debo reconocer que utilicé al condenado a muerte para poner en sus cavilaciones las mías propias. Tengo una formación científica bastante sólida y una educación católica practicante. Como le pasa a mi personaje, por mucho que me esfuerce y ponga en juego mis conocimientos, no soy capaz de concebir que el universo tal como lo conocemos se haya generado en ausencia de un creador, pero tampoco concibo lo contrario. Soy todo duda, pero no me angustia, porque no tengo ninguna necesidad de creer o no creer, ya que lo que sí tengo claro es que si hay un dios no es el que nos describe ninguna de las religiones que existen
R.M.L. La pena de muerte..., ¿estás a favor o en contra??
E.A. Ahí voy a ser breve: en contra, sin matices.
V.G. Eduardo, si tus historias tuviesen un BOOM y vendieses millones, ¿te mudarías a Miami o a algún sitio similar? ¿O te quedarías en la bella Baracaldo?
E.A. La verdad es que no tengo especiales apegos geográficos. No sé qué contestarte porque no me hago idea. En caso de sobrarme el dinero probablemente buscaría mi lugar ideal para vivir pero lo seguro es que no sería Miami. Me veo más en cualquier lugar en contacto con la naturaleza.
R.M.L. Si te tuvieras que entrevistar, ¿qué pregunta te harías?
E.A. ¡Buuuuuuuuuffffffffff, esta sí que es difícil!... Un clásico: ¿tienes algún proyecto en marcha?
R.M.L. ¿Estás preparando otro libro? ¿Nos puedes anticipar algo?
E.A. Estoy escribiendo una novela. Si todo va bien para fin de año me gustaría tener acabado el borrador. He ido poniendo algún que otro fragmento en mi muro y creo recordar que también en este. Como he comentado antes, sucede en el País Vasco, en Bruselas y en Burdeos, en dos épocas diferentes, y trata en cierto modo del bien y el mal.
R.M.L. Yo te he paragonado a un escritor francés Guillaume Musso, ¿te encuentras identificado con su forma de narrativa?
E.A. Debo reconocer que aún no he leído nada, pero por las referencias que he leído a partir de tu comentario me siento más que halagado. Me he descargado un par de novelas de Amazon, pero aún no me he puesto a ello. Incluso lo han llevado al cine. Y, por cierto, tanto Malkovich como Evangeline Lilly, los "protas" de la peli me encantan. A ver si la veo. ¿Me recomiendas algo en particular?
R.M.L. Los títulos los conozco en italiano pero el primero es muy pero que muy bueno, al menos para mí. Seguro que no te dejará indiferente.
E.A. Voy a intentar leerlo en versión original, así refresco un poco el francés.
R.M.L. Ya me dirás.
R.M.L. En la portada, dices que has empezado a escribir muy tarde, ¿a qué edad consideras que uno que quiere escribir tendría que empezar?
E.A. ¿Cuándo empezar a escribir? Pues supongo que cuando a uno "se lo pida el cuerpo". Cuanto antes, más tiempo tiene uno para aprender y curtirse pero, como en mi caso, nunca es tarde...
R.M.L. Actualmente, ¿vas a ir a alguna librería a firmar libros? Si es así, ¿nos puedes decir cuál?
E.A. De momento no hay nada en perspectiva. Me gustaría que la salida en digital, que será dentro de muy poco, reactive un poco el interés. Tal vez se podría hacer una presentación para lectores en digital.
R.M.L. Si mañana tu libro llegase a ser un Bestseller, ¿seguirías trabajando o te dedicarías solo a escribir?
E.A. Es duro de responder, porque me encanta mi trabajo, pero me gustaría enormemente poderme dedicar a la literatura.
R.M.L. ¿Podemos saber en qué trabajas?
E.A. Trabajo en una ingeniería ambiental. Dirijo el área de investigación y tratamiento de suelos contaminados.
R.M.L. Interesante... Tu próximo libro, ¿hablará de estas contaminaciones?
E.A. No. Tiene más que ver con mi época de científico, aunque más por la ubicación, Bruselas, que por la trama.
R.M.L. Ummmm, sería un buen tema de tocar.
E.A. Sí, es un tema que puede tener su jugo.
R.M.L. ¿Cuáles son las horas en que te pones a escribir? ¿Tienes horarios precisos o no?
E.A. Mi trabajo requiere bastante dedicación, lo cual me deja poco tiempo para escribir, así que tengo que hacerlo "cuando puedo". Procuro escribir un par de horas todas las noches y sacar algún rato los fines de semana.
R.M.L. ¿Tienes un lugar preferido donde escribir o cualquier sitio va bien?
E.A. Mi lugar preferido es la terraza de mi casa, pero tiene que acompañar el tiempo... De todas formas, me apaño en cualquier lugar. Lo primero que hice cuando me propuse escribir la primera novela fue comprarme un ordenador de estos pequeñitos para poder escribir en cualquier sitio.
R.M.L. ¿Utilizas algún ritual antes de escribir, tipo, un muñeco, una fotografía o algo por el estilo?
E.A. No, no soy maniático en lo que se refiere a rituales o amuletos.
R.M.L. ¿Quieres añadir alguna cosa más antes de saludarnos? Dejaré a quien quiera preguntarte algo.
E.A. Simplemente volver a agradecerte tu amabilidad. Espero que a los que lean mi novela les guste.
V.G. Una última pregunta Eduardo: si tuvieses que escoger un escritor o periodista, ¿a quién escogerías para hacer una presentación?
E.A. Desde ahora os lanzo una propuesta: ¿Qué os parece si en la presentación de la próxima me acompañáis tú, Victor Gete Garcia, y Alberto Pasamontes?
V.G. Sería un placer Eduardo.
R.M.L. Solo una más... ¿qué te ha parecido mi entrevista?
E.A. Me ha encantado. He estado muy a gusto, y las preguntas me han parecido acertadas y muy pertinentes. Da gusto cuando se nota que quien te entrevista conoce bien tu novela y se interesa realmente por ti.
R.M.L.  Gracias, ha sido todo un honor poder hablar contigo y preguntar las dudas que dejas entrever en tu novela.
E.A. El placer ha sido mío. Aquí sigo a tu disposición y a la de cualquiera que se quiera interesar por mí o por mis escritos.
R.M.L. Nos avisarás si te lo traducen en italiano, ¿verdad? Hay muchas personas que están intrigadas con tu libro.
E.A. Me encantaría. Ojalá os pueda avisar de algo así algún día...
R.M.L.  ¡Seguro que lo consigues Eduardo!
V.G. Quiero felicitar a Rosa y Eduardo por esta entrevista, os mando un abrazo a ambos.
R.M.L. Un abrazo y gracias por todo, sobre todo por vuestra disponibilidad, ¡es un gozo estar con vosotros!
E.A. Lo mismo. Muchísimas gracias.