domingo, 28 de septiembre de 2014

La saga de los longevos. Los hijos de Adán, de Eva García Sáenz


¿Cuál fue la clave del estrepitoso éxito con el que Eva García Sáenz irrumpió en el mundillo literario? Tal vez fue su intrépida confianza en la obra, o quizás una diestra gestión de la publicación y promoción de su primera novela. A lo mejor tuvo un poco de suerte, o puede que todo ello a la vez. Lo ignoro, pero lo que sí sé es que el libro lo vale.


La autora se autoimpuso un listón muy alto cuando decidió publicar su ópera prima La saga de los longevos, la vieja familia, y eso supone un enorme riesgo: hay que mantener el nivel después de una novela tan notable. A mí me daría un poco de vértigo.

Con Pasaje a Tahití no solo supo mantener el tipo sino que, al menos en mi opinión, consiguió superarse.

Ahora le toca el turno a la segunda parte de La saga de los longevos: Los hijos de Adán. ¿Y bien?, pues bien, muy bien. Quienes disfrutaron con las aventuras de Iago del Castillo, Adriana Alameda y compañía, seguirán haciéndolo, sin duda, con esta segunda entrega. Lejos de caer en el encasillamiento, la trama se dinamiza con nuevos personajes que retornan del pasado y nuevos pasados vividos por los personajes que, a su manera, también vuelven.

Eva García Sáenz nos regala una formidable historia muy bien escrita y, como siempre, profundamente documentada. Como bioquímico “jubilado” me agrada la hipótesis con la que resuelve la longevidad de los protagonistas, aunque me hubiera gustado que la ciencia hubiese dispuesto de unos plazos algo menos apretados para así llegar de una manera más sosegada al desenlace, que culmina excelentemente la trama y deja preparado el camino para la próxima entrega.  Por ponerle un pero, para mi gusto, el formato elegido para la versión en papel resulta excesivamente grande y menos manejable que la primera entrega.


Conclusión: Eva supera con holgura su listón. No dejéis de leer Los hijos de Adán.

Sinopsis

"Para un longevo, el pasado siempre vuelve en forma de problemas". 

La inesperada vuelta de Gunnarr, el hijo que Iago creyó muerto en la batalla de Kinsale en la Irlanda de 1602, alterará la tranquila vida que Iago del Castillo y Adriana Alameda habían conseguido construir en Santander. 

Pero no será la única persona de su pasado a la que Iago tendrá que enfrentarse. 

Prehistoria, Europa: Lür busca a lo largo y ancho de un continente desolado al clan de Los Hijos de Adán y a su legendaria matriarca, Adana, de quien se dice que no envejece. 

800 d.C., Dinamarca: Gunnarr le cuenta a Adriana sus primeros años de vida y cómo se convirtió en berserker, un peligroso y legendario grupo de mercenarios vikingos. 

1.620 d.C., Nueva Inglaterra: Urko se embarca en el Mayflower hacia las costas de Massachusetts para construir la colonia de Plymouth. Allí conocerá a Manon Adams, una mujer fuerte que dejará su huella pese al paso del tiempo. 

De Pompeya a la Edad Media, de los clanes escoceses a los Padres Peregrinos, La Vieja Familia recorrerá de nuevo los milenios para descubrir que sus miembros han sido perseguidos desde antes de su nacimiento. 

La autora:

Eva García Sáenz de Urturi (Vitoria, 1972) vive en Alicante desde los quince años. Diplomada Óptica y Optometría, durante una década ocupó diversos puestos de dirección en el sector óptico y posteriormente desarrolló su carrera profesional ocupando una plaza de titular en la Universidad de Alicante. En 2012 irrumpe en el mundo de la literatura con su novela "La saga de los longevos", un fenómeno de ventas y crítica que ha sido traducido al inglés y publicado con gran éxito en Estados Unidos, Gran Bretaña y Australia, convirtiéndose en uno de los libros digitales más vendidos del mundo por una autora española. Recientemente ha publicado la novela de ficción histórica "Pasaje a Tahití" de la mano de la Editorial Planeta, una historia de amor que se extiende a lo largo de cuatro décadas con el telón de fondo del Tahití colonial y la isla de Mallorca en 1890. En la actualidad prepara su próxima novela, además de impartir cursos y ponencias de marketing, redes sociales y literatura. Es adicta a la ficción y a las series de TV. Géneros favoritos: novela histórica, ficción contemporánea, ficción clásica, acción y aventura, suspense.

martes, 16 de septiembre de 2014

Estampaciones, de Alena Collar


“Si lo que he leído es una muestra de su forma de escribir -en caso contrario considere sin efecto las líneas que siguen- me va a permitir que me anticipe en mi labor de crítico a la presentación de su próximo libro. Discurso demasiado pasional, rápido, improvisador, irreflexivo. Se nota que en esta ocasión usted se ha dejado inspirar negativamente por la encendida prosa de Baccaglioni y por los sofismas que hace en la parrafada que usted cita. Escribir no es una actitud emocional. Implica un uso del lenguaje, y esto a su vez una postura analítica frente al mundo. El escritor tiene una responsabilidad frente al mundo y al lenguaje, del mismo modo que un artesano es responsable de lo que hace con su herramienta”.





Esto no lo digo yo, sino que lo escribió otra persona en el muro de feisbuc de Alena en un interesante debate sobre la ética y el respeto a los que se han ido (al otro mundo, me refiero).

No conozco a Alena Collar en persona. Me crucé con ella por casualidad en el feis y reconozco que me quedé un tanto enganchado a su carácter, a su sinceridad descarnada y brusca (lo que sería sinceridad a secas si la sinceridad sinceridad no fuese un bien tan escaso en nuestros tiempos). No la conozco ni he asistido la presentación de ninguno de sus libros. “Seguro que hay entre el público tres o cuatro garrulos que comparten su opinión”, decía nuestro crítico en el debate del otro día. Perdóneseme que saque estas declaraciones de su contexto y las presente un poco sesgadas, pero es que contar todo el rollo sería un poco largo y me viene al pelo como pie para expresar el pudor y el agarrulamiento que me produce no estar de acuerdo con un tipo tan sobradamente intelectual como para decir cosas como “la encendida prosa de Boccaglioni” o “sofismas”.

Mis primeras lecturas de Alena, como digo, son sus comentarios en el feisbuc. Usa un lenguaje directo, de eso no hay duda, rematadamente incorrecto y plagado vulgarismos, pero sin errores. ¿Qué cómo es eso? Pues porque escribe así porque le da la gana, y eso se nota a pocas luces que uno tenga (hasta yo me he dado cuenta…). La pregunta es: ¿Cómo escribe la Alena escritora? Eso es lo que yo me preguntaba y decidí averiguar, así que me puse manos a la obra con Estampaciones, un libro de relatos cortos.

¿Qué cómo escribe? Pues en mi garrula opinión, muy requetebién. Me ha gustado mucho su recopilación de relatos, salvo alguna que otra discrepancia en el uso de las comas, pero es que yo, para eso, soy muy mío.

Estampaciones es una colección ecléctica (eh, que yo también me sé alguna palabra de esas que dicen los intelectuales). Relatos entre cortos y muy cortos de temática variada que va desde lo paranormal y lo interplanetario a lo surrealista o al realismo más cercano. 

El libro arranca con “Estampaciones o la mujer que mira”, un hermoso relato a caballo entre la prosa y la poesía que nos habla del título y de la portada, en la que precisamente aparece una mujer que mira… ¿eres tú, Alena? 

Le siguen mi favorito, el que se titula “Presa” y unos cuantos más, como ya he comentado de lo más variopinto. También el estilo y el lenguaje son variados entre unos y otros. El libro se deja leer muy fácil o, mejor dicho, muy a gustito. En definitiva, un libro muy recomendable.

Si todo va bien, mañana recibiré la novela “El chico de la chaqueta roja”, también de Alena Collar. Iremos viendo.

Palabras de editor:

Alena, ¿quién eres? Una mujer que mira.

¿Y qué sabes hacer? Sólo una cosa, escribir.

Y de estas dos respuestas nace Estampaciones. Bueno, de estas dos respuestas y de su pasión por la literatura como profesora, lectora y escritora.

Estampaciones es un libro de fotografías en forma de relatos, de estampas que ganan movimiento gracias a la capacidad evocadora de Alena Collar.

La autora combina en su paleta la prosa poética con una prosa más directa, aderezadas ambas con toques sutiles de humor, regalándonos así un tapiz de imágenes que nos llevarán desde la sonrisa hasta la nostalgia.

domingo, 7 de septiembre de 2014

Pasaje a Tahití, de Eva García Sáenz


Hace unos meses publiqué una reseña sobre la novela “La saga de los longevos. La vieja familia”, de Eva García Sáenz. La reseña terminaba de la siguiente manera: “Yo, por mi parte, me declaro fan incondicional de Eva García Sáenz, así que corro a hacerme con Pasaje a Tahití y la segunda parte de la saga, Los hijos de Adán”.
Como lo prometido es deuda, de momento ya he terminado de leer Pasaje a Tahití, y tras hacerlo me reafirmo en lo dicho. Fan, fan, fan. Me encanta.

 
La saga y Pasaje son dos novelas muy diferentes que tienen un montón de aspectos comunes. ¿El sello de la autora? Tal vez, iremos viendo a medida que sigamos leyendo. Si es así, es un gran sello: soberbia construcción de los personajes y de sus interrelaciones, tramas complejas pero en absoluto difíciles, coherentes, elegantes y bien tejidas, en las que se agradece el esfuerzo de documentación, que las dota de una riqueza y un plus de interés para aquellos lectores curiosos que gustan, como es mi caso, de aprender cosas nuevas (apuesto a que en google han aumentado no poco las consultas sobre la prehistoria, las perlas, los mares del sur, Gauguin…) y finales brillantes, a la altura del resto del texto.

Cuando una novela de casi quinientas páginas se te acaba en un visto y no visto es que te ha gustado, que la has leído fácil, que te ha cautivado.

Nunca me han gustado demasiado las perlas, pero ahora las aprecio más. He disfrutado mucho leyendo Paisaje a Tahití. Una novela magnífica, magníficamente escrita.

Siguiente parada: la segunda parte de La saga de los longevos. Los hijos de Adán.

Sinopsis:

1890. Bastian y Hugo Fortuny parten a Tahití en busca de una oportunidad después de perder su trabajo como sopladores de vidrio en su Mallorca natal. Durante la travesía conocen a Laia Kane, la hija de un cónsul inglés corrupto en Menorca al que han desterrado a la isla de la Polinesia. Este encuentro marcará la vida de los hermanos Fortuny y de Laia para siempre.

1930. Denis Fortuny, el heredero del imperio de las perlas de lujo en Manacor, decide viajar a Tahití para averiguar el misterio que se oculta tras sus primeros años de vida.


Una historia épica de amor, superación, lazos familiares y secretos con el telón de fondo del Tahití colonial y el fascinante origen de las perlas cultivadas.

martes, 2 de septiembre de 2014

La vida cuando era nuestra, de Marian Izaguirre


Ternura descarnada. Una novela sensacional y totalmente recomendable. Por mí ya estaría, así de simple, pero me da que queda un poco escueto como reseña así que intentaré enrollarme un poco más.


La vida cuando era nuestraDescubrí a Marian Izaguirre el día en que su novela La vida cuando era nuestra y la mía, Un billete para el infinito, se fueron de vacaciones juntas. Así, como suena. Resulta que alguien con buen gusto decidió que era una buena combinación literaria para entretenerse en vacaciones así que las puso en su maleta. Ese alguien era la cineasta Lara Izagirre (aprovecho para introducir una breve cuña publicitaria: Lara está a punto de comenzar el rodaje de su primer largometraje, Un otoño sin Berlín). Ignoro si la coincidencia de apellidos es casualidad o familiaridad, pero ahí estaban las dos novelas, haciéndose amigas.

La vida cuando era nuestra. La cosa empieza bien. Un título bonito a la par que elegante y un poco intrigante, ¿qué quiere decir? Uno de los personajes lo explica al inicio de la novela. Simplemente, precioso, pero no os lo voy a contar. Mejor lo descubrís por vosotros mismos.

Marian Izaguirre utiliza diestramente los tiempos, los tonos y las voces narrativas para guiarnos de forma ordenada y coherente a través de tres historias o, según se mire, dos. Dejémoslo en dos y media.

Los personajes, ¡qué personajes! Tres personas derrotadas que, si uno se fija bien, son triunfadoras, auténticos fracasados de éxito, porque en unas circunstancias adversas y ciertamente deprimentes saben mantener la decencia, la integridad, el pundonor y el amor, y eso les permite seguir siendo ellos mismos a través de las adversidades y derrotar a la vida ruin que les ha intentado tocar.

Leer a Marian Izaguirre es una delicia, así que no os voy a contar más. Comprad la novela y os la leéis. Me agradeceréis el consejo.

Sinopsis:

La vida cuando era nuestra, de Marian Izaguirre, autora de otros libros como La parte de los Ángeles o El león dormido, es un homenaje a la lectura, pero es sobre todo la historia de dos mujeres, una que poco sabe de la vida y otra que quizá sabe demasiado, aunque no pueda hablar. Entre estas miradas cómplices anda el talen to de Marian Izaguirre. La vida cuando era nuestra es una espléndida apuesta, y basta con leer unas pocas páginas para darse cuenta de que es un libro muy especial, la novela ideal para descubrir que un día sin leer es un día perdido. Una novela de la narrativa española con un contenido excepcional que puede compararse con María Dueñas o Julia Navarro. "Añoro la vida cuando era nuestra", comenta Lola mientras trastea en la cocina de su casa. Esa vida, que era tan suya y tan llena de ilusión, antes estaba hecha de libros y de charlas de café, de siestas lánguidas y de proyectos para construir un país, España, que aprendía paso a paso las reglas de la democracia. Pero llegó un día de 1936 en que vivir se convirtió en puro resistir, y ahora, quince años después, de todo aquello solo queda una pequeña tienda, una librería de viejo medio escondida en uno de los viejos barrios de Madrid, donde Lola y Matías, su marido, acuden cada mañana para vender novelitas románticas, clásicos olvidados y lápices de colores a quien se acerque. Es aquí, en ese lugar modesto, donde una tarde de 1951 Lola conocerá a Alice, una mujer que ha encontrado en los libros su razón de vivir. Siguiendo la mirada de Lola y Alice, viéndolas sentadas detrás del pobre mostrador y leyendo juntas el mismo libro, iremos lejos, hasta Inglaterra, y atrás en el tiempo, hacia principios del siglo XX, para conocer a una niña que creció preguntándose quiénes eran sus padres.

La autora:

Marian Izaguirre nació en Bilbao y ahora reside en Madrid, en una casa donde se van acumulando amigos, libros y buena música. Licenciada en ciencias de la información, ha desarrollado tareas en el campo del periodismo y la publicidad, mientras se dedicaba a la escritura.

Hace veinte años vio la luz su primera novela La vida elíptica, que obtuvo el Premio Sésamo. Desde entonces ha publicado cinco novelas más y una colección de cuentos. Sus obras han sido galardonadas con distintos premios, entre los que se cuentan el premio Andalucía y el  Ateneo-ciudad de Valladolid.


La vida cuando era nuestra es su novela más reciente.

lunes, 1 de septiembre de 2014

Tarótico. Un viaje sexpiritual, de Ritxard Agirre


Compré mi ejemplar de Tarótico, un viaje sexpiritual en la pasada Feria del Libro de Bilbao, en el stand de Ediciones Beta. No conozco personalmente al autor, Ritxard Agirre, aunque nos une el ser compañeros de editorial y habernos cruzado un par de veces por esos mundos virtuales.

Me llamó la atención de su novela el título. Uno no se encuentra títulos así todos los días, así que pensé: ¿por qué no leerla? El riesgo de leer a alguien cercano, aunque no lo conozcas en carne mortal, es que luego tienes que dar tu opinión, y a menudo surge el gran dilema, sobre todo si vas a escribir una reseña en un blog que todo el mundo puede leer: ¿quedar bien o ser sincero?

Pues bien, voy a ser sincero.

Decía que compré el libro en Bilbao, y empecé a leerlo en el tren, de vuelta a casa. Hojeé más que ojeé las primeras páginas, me salté lo que parecía una concatenación de prólogos y me fui directo al presunto primer capítulo que, como la novela está organizada según los arcanos del tarot, correspondía al Arcano 0 (El Loco).

No me gustó lo que leí. El protagonista, que es el propio autor, se dispone a salir a dar una vuelta en bici y en dos páginas escasas se le aparece un duende verde y recibe una apresurada felación (del latín fellatĭo, pronúnciese mamada) de su vecina. Demasiado sex y poco piritual, pensé, y como tenía ya una lista de lectura establecida, Tarótico se quedó a la espera en la estantería.

En unos pocos días le llegó el turno y, esta vez, empecé por el principio, por lo que antes de llegar al Arcano 0 me leí la biografía de Ritxard, los agradecimientos y los nada menos que tres prólogos que preceden a la trama, que más que prólogos son el manual de instrucciones de la novela o, mejor, la puesta en contexto, la clave. Ahí aprendí un poquito sobre el tarot y descubrí que lo que estaba a punto de leer no era una novela al uso, ni mucho menos, sino un libro de viaje, y no precisamente del que realiza el autor montado en su bici, sino de uno mucho más íntimo y arriesgado. Un viaje al centro de la vida.

Ahora sí, el enano verde y la no menos verde vecina cobraban sentido. Con una prosa fácil y directa Ritxard nos arrastra a un viaje, con parada en cada uno de los Arcanos del tarot, plagado de sexo, espiritualidad, filosofía vital, personajes fascinantes, referencias mitológicas…, un viaje a lo sublime a través de lo cotidiano.

Que cada cual decida lo que significa esta novela: un viaje iniciático, una lección de filosofía, un manual de vida, una guarrería infame o, simplemente (o no tan simplemente), una estupenda historia con la que pasar un buen rato de lectura amena, profunda y divertida.

En cualquier caso, Ritxard le echa "un par" y desnuda valientemente su sexpíritu en un hábil ejercicio literario. Enhorabuena por la novela Ritxard. Espero la siguiente.

Sinopsis. Tarótico. Un Viaje Sexpiritual es una novela que toma como base los veintidós Arcanos Mayores del Tarot y combina erotismo, fantasía, humor y aventura para llevarnos en el viaje personal del protagonista. Un personaje complejo que nos despierta sentimientos de simpatía, aversión, ternura, desprecio, y hasta deseo. Es una o bra llena de sensualidad y espiritualidad, capaz de arrancarnos sonrisas e, incluso, llegar a excitarnos.

El Autor, Ritxard Agirre. Nació en Bilbao el 19 de noviembre de 1975. Amante de la libertad, de las plantas, y de los animales, especialmente de sus gatos Micifú y Kuka, a quienes llama “sus nenes”. Disfruta pedaleando por los montes de Vizcaya cada vez que el clima se lo permite. Desde muy pequeño descubrió su gusto por los cómics, un género literario que seguramente ha influido en su estilo narrativo, ya que es muy gráfico y dinámico.

Tras su primer libro, El Diario del Buen Amor, compuesto por relatos eróticos, nos presentaTarótico. Un Viaje Sexpiritual.