lunes, 14 de diciembre de 2015

Tres mujeres en los Goya

Como no entiendo ni papa de cine, más allá de saber si me ha gustado o no una película después de haberla visto, no suelo escribir, ni opinar, sobre cine. En realidad tampoco sé demasiado de literatura y le echo morro de vez en cuando opinando sobre libros, pero eso es otra historia…

Hoy voy a comentar las candidaturas a los Goya, pero no todas, porque, como ya he dicho, no sé de cine. Me voy a referir a dos que me han hecho una ilusión particular: dos candidaturas que se traducen en tres mujeres.

Así que voy con ellas, una tras otra, en un orden que nada quiere decir:

Leticia Dolera, nominada a la mejor dirección novel por Requisitos para ser una persona normal. Una peli peculiar, escrita, dirigida y protagonizada por Leticia. No sé qué es lo que tiene Leticia, pero tiene algo muy especial que me encanta.

No sé lo que tiene Leticia y no sé lo que tiene su peli. Mejor dicho, puede que sí lo sepa pero no lo sé explicar. Para que me entendáis, o para que me desentendáis, Leticia es una chica de colores, y de colores es también su peli. Original, divertida, hermosa, inteligente…, ¿hablo de Leticia o hablo de su peli? Hablo de las dos.

Irene Escolar, nominada a mejor actriz revelación por Un otoño sin Berlín. En los tiempos que corren, con tanta oferta de series y películas, no es fácil para un desmemoriado como yo, fracaso total como fisonomista, retener los rostros y los nombres de tantos y tantas actores y actrices que pululan por esos mundos. Sin embargo, de vez en cuando, viendo una peli o una serie, me fijo en alguien que, por lo que sea, llama mi atención y me informo.

Eso es lo que me pasó con Irene Escolar viendo, si no recuerdo mal, Los girasoles ciegos. Ese rostro sereno, esos ojos profundos y esa voz cálida. Me encanta. No hace falta que comente su trayectoria, ya de sobra conocida y reconocida, que hoy ha tenido un bonito adorno con esta nominación.

Lara Izagirre, que no está nominada pero que es la directora de Un otoño sin Berlín. ¿Qué por qué la incluyo en este comentario si no está nominada? Pues porque me da la gana, y porque me parece una tía estupenda que, estoy más que seguro, nos va seguir dando muchas alegrías cinematográficas que continúen lo iniciado con este precioso regalo que nos ha brindado con su primer largometraje. Tuve la suerte de tomar un café con Lara hace algún tiempo, cuando aún no había empezado a rodar Un otoño sin Berlín pero ya era una talentosa directora de cortos. Uno de sus cortos, Kea, fue precisamente el responsable de que nuestras vidas confluyeran por un instante. Su humo y mi suelo, y es que, a veces, hasta la contaminación tiene su lado bueno.


Leticia, Irene y Lara: mi más sincera enhorabuena y admiración. No os deseo suerte porque sé que no la vais a necesitar.

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