miércoles, 25 de mayo de 2016

Estampas al #amanecer

Tengo el cuerpo entumecido. La noche ha sido larga y fría y mi postura incómoda. Intento incorporarme pero mis piernas hormigueantes no me obedecen. Me inclino ligeramente, miro hacia abajo y me invade una sensación de vértigo. Mejor me quedo aquí quietecito un rato más, no vaya a ser que me caiga; ¡porque tendría narices que me fuera a caer ahora!

Muevo los muslos arriba y abajo para hacer que la sangre vuelva a circular y contemplo la ciudad a mis pies. No tengo prisa y la vista es extraordinaria. Pronto saldrá el sol. Va a ser bonito ver amanecer, un amanecer diferente de todos los que he visto antes, porque no será el amanecer de un día sino el de toda una vida. La que me queda por delante.

Mientras miro embelesado el horizonte que empieza a encenderse siento una palpitación violenta. ¡Los mensajes! ¡He enviado decenas de mensajes! No, no podía yo limitarme a la clásica notita manuscrita con cuatro frases lamentables y una triste despedida, no: tenía que liarme a escribir mensajes a todo dios. Meses. Me he pasado meses planeándolo, eligiendo con exquisito cuidado a cada destinatario de mis mensajes y redactando con precisión de relojero suizo cada palabra de cada uno de ellos.

En este momento debo de tener tal cara de idiota que creo que haría mejor saltando al vacío y acabando con todo, como estaba planeado, con tal de evitar el ridículo espantoso que sin duda me espera cuando me baje de aquí y regrese al mundo.

Al menos los que me quieren se alegrarán de verme respirar. Les diré que todo ha sido una broma y nos reiremos un rato. Los que me quieren se alegrarán, pero los otros…, ¡ay madre mía los otros! Los otros me van a despellejar. No. En realidad los otros ya me han despellejado, me han humillado, me han vejado… Estarán encantados de leer mis mensajes; satisfechos de haberme vencido.

Pues no, no me han vencido. Aquí estoy, haciendo una bonita estampa al amanecer.

¡Que se jodan!

2 comentarios: