Alzola uno, Musso varios cientos de miles. Esa debe de ser
más o menos la relación entre los libros que vende un servidor y los que vende
Musso. Derrotado por KO técnico.
Dice mi amiga Rosa María Lapeira que mi novela le recuerda
al estilo de Guillaume Musso. ¿Que quién es ese Guillaume Musso? Pues según la
Wikipedia que todo lo sabe, uno de los autores franceses más exitosos de
principios del siglo XXI. Ahí es nada.
De momento, parecidos, pocos. Además Musso es más joven que
yo, aunque no mucho y, eso sí, mucho más guapo.
Para comprobar si hay algo de cierto en la atrevida comparación de mi amiga me voy a la librería y me compro un par de novelas: “Central Park”
y “Sera-tu là?”. Elijo las versiones originales y así aprovecho para comprobar
si aún soy capaz de leer en francés. Además descubro que una de sus novelas, “Pemonición”,
ha sido llevada al cine y protagonizada nada menos que por el gran John
Malkovich, y resulta que ya la había visto. La vuelvo a ver.
Me pongo a leer y de momento llego a dos conclusiones:
1. Aún leo en francés sin grandes problemas.
2. Me alegro mucho de la comparación, porque las
novelas del amigo están muy bien.
Me parece que Musso ha dado con la clave del éxito de
ventas. No creo que vaya a ganar el Nobel, aunque nunca se sabe, pero es capaz
de dar a sus historias una equilibrada combinación de originalidad, acción e
intriga que, con un estilo agradable, engancha al lector y lo deja con ganas de
repetir.
Igualito que yo, vamos.
A Musso le gusta incluir en sus novelas, ambientadas en
escenarios contemporáneos, un puntito de fantasía que, lejos de la ciencia
ficción, añaden a la trama un cierto encanto adicional. En eso sí que puede que
nos parezcamos. Ese puntito aparece en “Un billete para el infinito” y también
va a aparecer en “EPDT”, que es el título en clave de mi próxima novela, cuya
escritura se encuentra ahora mismo paralizada por una buena razón.
Rosa María, solo puedo agradecerte tu opinión sobre mi
humilde novela y la comparación que haces con ese pedazo de monstruo. No sé si
habrá realmente algún parecido. Dejémoslo en un “a lo mejor”.